Problemas directos e inversos

Es sabido que investigar es trabajar problemas de algún tipo. Esto sugiere que el concepto de problema es central en la filosofía del conocimiento. Sin embargo, la literatura filosófica sobre el concepto general de problema es escandalosamente exigua. En particular, casi todos los filósofos, psicólogos y científicos sociales han ignorado la existencia misma de la categoría de los problemas inversos, tales como adivinar la ley del movimiento a la que satisface la trayectoria de un móvil, los reactivos que se combinaron en un compuesto dado, la organización que se requiere para efectuar una tarea especificada o las premisas que implican un teorema.

Los problemas inversos son ubicuos, y son los más difíciles e interesantes de todos. Eso se debe a que o bien tienen soluciones múltiples o bien son insolubles. Piénsese en el diagnóstico de una enfermedad a partir de sus síntomas; en reconstruir un suceso pasado a partir de las huellas que ha dejado en el presente; en diseñar un artefacto que desempeñe ciertas funciones, o en trazar un plan para alcanzar ciertos objetivos. Todos estos problemas tienen ya varias soluciones, ya ninguna.

Lo mismo se aplica a adivinar las intenciones de una persona sobre la base de su comportamiento; a descubrir los autores de un crimen conociendo sus víctimas y la escena del crimen; a identificar las premisas de un argumento dadas algunas de sus conclusiones. El que casi todos los filósofos hayan ignorado las peculiaridades de los problemas inversos plantea este otro problema inverso: el de adivinar los motivos de este descuido descomunal por parte de los filósofos.

El problema de los problemas inversos es de gran interés teórico porque se refiere a las investigaciones más difíciles en todos los campos y porque su aspectos filosóficos aún no han sido explorados. Su interés práctico radica en esto: si advertimos que el problema que nos interesa es inverso, no buscaremos recetas (por ejemplo algoritmos) para resolverlo ni contaremos con resolverlo en un plazo breve. Por consiguiente, dudaremos antes de proponerlo como tema de tesis y, en cambio, le daremos preferencia a la hora de asignar subsidios de investigación.

La resolución de un problema directo, tal como hallar las raíces de una ecuación algebraica, o predecir los efectos de una acción, involucra análisis o razonamiento progresivo, ya de premisas a conclusiones, ya de causas a efectos. En cambio, la resolución de un problema inverso involucra síntesis, o razonamiento regresivo, sea de conclusiones a premisas o de efectos a causas.

La inducción

El único problema inverso que ha atraído la atención de los filósofos es el problema de la inducción, consistente en “inferir” (de hecho, inventar) una hipótesis que dé cuenta de una base de datos. Puesto que este es un problema inverso, o bien no tiene soluciones o bien tiene más de una. La razón es ésta: por definición, una hipótesis rebasa los datos que la motivan o sustentan.

Esto ocurre por lo menos de dos maneras: ya sea porque la formulación de la hipótesis involucra un salto de un puñado de hechos a todos los hechos posibles del mismo tipo; ya sea porque incluye conceptos que, como los de causa y soberanía nacional, no figuran en los datos por no hallarse en la experiencia. En resumen, los datos no exudan hipótesis, de modo que es preciso inventarlas.

Tampoco está difundida la idea de que las mejores estrategias para atacar un problema inverso son estas: (a) transformarlo en un problema algo diferente pero soluble, y (b) atacar la correspondiente familia de problemas directos, ya que uno de los miembros de esta familia puede dar la clave del problema inverso dado. Por ejemplo, los seres humanos, chimpancés y algunos animales domésticos a menudo nos “leen el pensamiento”, o sea, “interpretan” nuestras preferencias e intenciones a partir de nuestros gestos y ademanes.

Otro ejemplo: reconstruimos el pasado suponiendo “escenarios” (situaciones plausibles) que pueden haber desembocado en el presente. Otro más: explicamos las trayectorias observadas conjeturando las correspondientes ecuaciones de movimiento. En todos estos casos transformamos un problema inductivo insoluble en un problema deductivo soluble.

Un campo avanzado del conocimiento se caracteriza por poseer muchos métodos especiales (técnicas y algoritmos) para trabajar problemas directos de muchas clases. En cambio, no hay reglas especiales, en particular algoritmos, para abordar la enorme mayoría de los problemas inversos. La manera habitual de tratarlos es inventar y ensayar diferentes hipótesis plausibles hasta dar con la verdadera. A su vez, esta hipótesis se encuentra examinando y variando el conjunto de soluciones similares a los problemas directos correspondientes. Procediendo de esta manera, el problema inverso dado se torna equivalente a una familia de problemas directos.

Algunas reglas

¿Cómo distinguimos un problema inverso de uno directo? Que yo sepa, no existe una definición ni un criterio general, preciso y aceptado generalmente. Lo que se emplea en diversos campos de investigación son las reglas siguientes:

1) Matemática. Todos los problemas solubles con ayuda de técnicas (en particular algoritmos) bien definidas son problemas directos, en tanto que el proceso inverso, de recuperar tales problemas a partir de sus soluciones, es inverso. Por ejemplo, el problema de sumar dos números dados es directo, mientras que el de descomponer un número entero en una suma de dígitos es inverso. Otro ejemplo: el problema de calcular el capital invertido a un interés dado, después de un número dado de años, es directo. En cambio, el problema de calcular tanto el número de años como la tasa de interés necesarios para acumular el capital deseado, es indirecto e insoluble de manera exacta.

2) Ciencias naturales y sociales. Los problemas inversos son de las formas: efecto a causa, propiedades a cosa, comportamiento a mecanismo o macronivel a micronivel. Por ejemplo, anticipar los estragos de una enfermedad dada es un problema directo, mientras que conjeturar una enfermedad a partir de sus síntomas es un problema inverso.

3) Técnica. Los problemas inversos son de las formas: función a mecanismo y disfunción a desperfecto en el mecanismo. Por ejemplo, calcular lo que va a durar un proceso industrial conocido es un problema directo, mientras que diseñar un proceso que insuma un tiempo dado es un problema inverso.

Los problemas inversos son tan difíciles y han sido tan descuidados que el primer congreso internacional sobre el tema se realizó recién en 2002. Los tratados sobre el tema se cuentan con los dedos de la mano. He aquí, pues, todo un campo casi virgen, el éxito de cuya exploración no puede garantizarse porque no hay recetas generales. Así es la vida: tampoco los problemas de la vida cotidiana son todos solubles ni, si lo son, poseen soluciones únicas. Cuando no hay reglas hay que improvisar y ensayar sin cesar, tanto en la vida diaria como en la ciencia, en la técnica y en las humanidades.

Por Mario Bunge

26 respuestas to “Problemas directos e inversos”

  1. carballo Says:

    muchas gracias por redactar un texto, que es a la vez tan agradable, entendible, explicito y util.

  2. david Says:

    ejemplos

  3. david Says:

    quiero broblemas imbersos con ejemplos

  4. Fermín Huerta Says:

    David:
    Si has leído el artículo puedes ver un buen numero de ejemplos, te copio además unos cuantos sacados del capitulo 6 del libro de Bunge A la caza de la realidad (cuya lectura te recomiendo):
    Problema de Newton de “inferir” (en realidad, conjeturar) las leyes del movimiento de los planetas a partir de los datos de algunas de sus posiciones sucesivas.
    Reconstruir la forma del cuerpo a partir de una o más de sus infinitas proyecciones o mapas planos.
    Inferir la composición y estructura de una fuente de luz , por ejemplo el Sol, a partir del espectro de línea o de banda que emite.
    Descubrir el circuito neuromuscular que realiza una tarea comportamental determinada.
    Saludos.

  5. Nancy Says:

    Tengo experiencia de trabajar con problemas inversos, y mis conceptos estaban encuadrados solo en el área de las ciencias e ingenieria. Es la primera vez que leo un artículo tan claro y tan amplio sobre este tema con un lenguaje sencillo.

  6. Richard Says:

    Hola Nancy, soy profesor de una universidad en chile, por favor me gustaria contactarme sobre el tema planteado, mi corro es: rverdugo@ubiobio.cl

    gracias

    richard

  7. as Says:

    quiero problemas directos e indirectos

  8. luisa Says:

    esto me parece interesante para hacer mi tarea de matematicas q les parece pero tengo q copiar mucho pero lo bueno es q lo incontre

    ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ muuuuuuuuuaaaaaaaa jajajaja

  9. alberto sosa (@albertososao) Says:

    Lean la introducción de esta tesis http://www.cybertesis.edu.pe/sisbib/2009/chavez_re/pdf/chavez_re.pdf, luego el artículo de Mario Bunge.https://grupobunge.wordpress.com/2006/07/20/119/ En la bibliografia de la tesis ni lo nombran. ¿Alguien me explica esto?

    • paco Says:

      sosa, en primer lugar tu apellido me hace recordar al narcotraficante «sosa» de la película «cara cortada» con alpaccino,
      bien ahy!

      ese burgues san marquino copio, plagio esa introduccion, su puedes denuncialo para que pierda el titulo, ese burgues debe regresar al nido otra ves. de seguro el resto de su tesis lo tomo de otro aldo.

    • paco Says:

      de paso encontre su facebook para darle una asustadita, decirle que san marcos ya esta enterado de su payasada para que se ponga a derecho.

    • paco Says:

      sosa dice:
      «¿Alguien me explica esto?»

      que eres bruto sosa? no ves las fechas? aqui nadie te tiene que dar explicaciones bruto liberal!

  10. grupobunge Says:

    Basta mirar que texto tiene una fecha anterior para saber quien ha plagiado a quien.

    • alberto sosa (@albertososao) Says:

      Esto es correctísimo, mi pregunta llegó a la dirección correcta y el grúpo Bunge que quizás no conocía del plagio, ahora lo sabe y si lo sabían me imagino que le hicieron llegar, en su momento, al autor de la tesis la observación de lo impropio del «cortar y pegar» para llamar suavemente a la acción impropia de no mencionar la fuente de donde fue extraído el texto. Al sr Paco que de lengua ligera para el insulto parece, le recomiendo se autopostule para el premio Principe de Asturias, que a lo mejor con ese nombre lo designan como el personaje mas inteligente de Galicia. Fin de la Rueda.

      • Paco Says:

        ajajaj principe de asturias, a lo mejor «sosa» es en lo primero que piensas, «prinnncipe de asturias», brota tu lado explotardor, tu lado del linaje, tu lado de «principes» del mundo!
        ya quisieras ese premio, preciso para ti, EXPLOTADOR!

  11. Cristian Caravello Says:

    Tal vez la raiz de la asimetría entre problemas directos e inversos radique en que la implicación lógica transmite la verdad en un sentido y no en el otro.
    Dado un enunciado p, podemos fijar dos conjuntos de enunciados asociados: el conjunto C(p) de enunciados implicados por p y el conjunto H(p) de enunciados que implican p. Si p es verdadero (por ejemplo la descripción de un hecho), todos los elementos de C(p) también serán verdaderos, pero nada podemos decir acerca de la veracidad de los elementos de H(p). Así descripto, H(p) es un objeto caótico, ya que incluye todos los enunciados falsos. Pero aún sin ellos, sigue siendo un conjunto infinito. La única forma de acotar H(p) es ampliando la base de enunciados que H debe implicar. Así, H(p,q,r) estará indudablemente incluido en H(p), H(q) y H(r). En concreto, buscar hipótesis que verifiquen a la vez p, q y r, reduce el campo de afirmaciones candidato.
    Es de gran ayuda saber que, en general, un elemento de H(p) que implique p, solo nos es util si no implica además la negación de algún hecho conocido. Esta es una gran restricción, y tal vez la que más dificulta la tarea.
    Pero más allá de cualquier consideración y regla empírica, buscar una cadena causal desconocida que desemboque en un hecho conocido siempre será un desafío para la imaginación.

    • alberto sosa (@albertososao) Says:

      El Dr. Mario Bunge en una Magistral Conferencia dictada recientemente en Buenos Aires introduce el concepto de Problemas Inversos como una estrategia para abordar diagnósticos médicos, apuntando que, ante un cúmulo de datos (entiéndase signos y síntomas), el camino a seguir es el de formular una hipòtesis y someterla a prueba aplicando una terapéutica y si ésta no da resultado, plantearse una nueva hipótesis. Acto seguido afirmó: ante un problema inverso no queda otra cosa que PENSAR. Finalmente señaló que otra alternativa sería la de transformar un problema inverso en directo para abordarlo por la vía del algoritmo. Veo que usted al ser un estudioso del tema pudiera ilustrar mi ignorancia y señalarme la estrategia mediante la cual se puede lograr este último objetivo, el de transformar un problema inverso en uno directo. De antemano gracias.

      • Cristian J. Caravello Says:

        Hola Alberto.

        Solo intenté señalar una posible raiz lógica de un problema que, en sus formas manifiestas es innumerable y complejo.

        No obstante, puedo adelantarte que no existe forma de transformar un problema inverso en uno directo que sea equivalente. Ignoro lo que habrá dicho Bunge en esa Conferencia Magistral, pero dudo mucho que haya dicho exactamente eso.

        Saludos.

      • alberto sosa olavarria Says:

        http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=73100

        Aqui encontrarás la conferencia del Dr. Mario Bunge, en los minutos 16 a 18 señala exactamente lo que exprese en mi correo anterior, creo que despejara la duda del plantamiento de conversión de un problema inverso a uno directo.

        Saludos.

      • Paco Says:

        «Veo que usted al ser un estudioso del tema pudiera ilustrar mi ignorancia y señalarme la estrategia»

        que lindo habla señor sosa, lo envidio, típico culto burgués de las clases elitescas!

        solo falta que digas:
        «por siempre suyo sr cristian

        2da semana de la primavera de noviembre» o algo asi., ja

      • Gaston Says:

        Buenas. Entiendo que Bunge se refiere a «transformar» un problema inverso a uno directo, en ciencias fácticas, de la siguiente forma:

        Conocemos el efecto y queremos averiguar la causa, pensamos en una causa que pueda dar respuesta a lo observado -hipótesis- como lo es una gripe a los síntomas de tal enfermedad. Entonces resolvemos el problema directo, que efectos son los esperados de la gripe. Se ajusta lo observado con lo «calculado»? si es no, reviso mi hipótesis, si es si, planteo curar una gripe -terápia-

        Saludos!

    • paco Says:

      wtf? de que libro sacaste eso, de hegel?

  12. Anónimo Says:

    pero ejemplos donde hay. ????????????
    no entiendo

  13. Anónimo Says:

    esto apesta pedi ejemplos no descripciones

  14. Jose Antonio Vanderhorst Silverio Says:

    Muchas felicidades de todo corazón al gran sabio MARIO BUNGE en su centenario. Debajo del artículo dedicado a él, redactado por JAVIER SALAS, “La filosofía está pasando por un mal trance, porque no hay pensamiento original ( https://elpais.com/elpais/2019/09/18/ciencia/1568798978_957994.html ),” cuyo subtítulo dice «Cumple cien años el prolífico pensador argentino, Premio Príncipe de Asturias en 1982,» coloqué los comentarios 96 y 108. En el 96, pregunté, por ejemplo, «¿Será que el «problema inverso,» se debe a otra cosa «que no es ni deductivo ni inductivo,» porque es «abductivo,» como lo denominó el filosofo posmoderno más relevante de los Estados Unidos Charles Sanders Peirce?» La conclusión más importante en el comentario 96 es «El método científico de Peirce, que según Bunge «no parece muy científico,» que vengo llamando como «comportamiento a posteriori,» es clave que diga que «no hay algoritmos,» para poder oponernos al engaño que se basa en la inteligencia artificial.» El comentario 108 responde al comentario 103 de Richard Arryn «Muy interesante su aportación solo que lo de Peirce como postmoderno me chirría un poco. Pragmático sí, pero no creo que entre en la definición de postmoderno. A menos claro, que llamemos postmoderno al Tristán Shandy o a Nietzsche.“ El comentario 108 que destaca la diferencia entre pragmatismo y pragmacitismo, termina diciendo “No he seguido a Tristán Shandy ni a Nietzsche, pero sostengo que la posmodernidad sería amparada con pragmaticismo.

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